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2 de diciembre de 2012

LA PELLIROJA DEL 3º-D

Os acordáis del "DIARIO DE ADAM Y EVA" de Mark Twain, cuando Adam, se dirige al Creador, compartiendo su alegría:
"Al quinto día Eva conoció a la serpiente...por fin yo y el resto de animales pudimos descansar..."

Más o menos en este plan está el vecindario de mi finca, a la espera de que el novio de la pelirroja del tercero D, una ingeniera de energías renovables de 27 años, por fin la vuelva a visitar y ésta deje de llorar.

Por problemas de la mala o casi nula  insonorización del edificio, me he convertido en testiga de la vida amorosa de mi vecina. A veces deseo con todo mi alma que aparezca la serpiente, digo, el novio, para que la guapa pelirroja, deje de sufrir.

Puede pasar toda la mañana entre lloros y súplicas por teléfono para que éste deje su pareja actual y venga a compartir con ella su tiempo libre, porque ella le ama.

Un triángulo amoroso compuesto por un hombre infiel, una amante obsesiva y una novia o mujer que, una de dos, no se entera qué pasa en su vida de pareja o tiene mucho aguante y mucho que perder  si le deja marchar a su "picha brava".

El famoso gurú de neo-tantra para el Occidente, David Deida, describe así en su "INTIMA COMUNIÓN" a la mujer y su relación con el amor en su primera etapa de crecimiento personal (antes de los 30 años aproximadamente):

"Ella anhela encontrar el modo de liberar el amor que anida en su corazón... su principal sufrimiento y su primer alegría están en relaciones amorosas, generlmente con una pareja íntima... El amor es su motivo, y la mujer  de la primera etapa hará cualquier cosa por él. Renunciará a sus propias necesidades, a su propio poder, a su propia autoridad... Le cuesta aceptar su propia identidad, y abandonando su propio centro, trata de llenarse con una imitación del amor verdadero. Para llenar su corazón vacío, come helados, galletas y chocolate. Tal vez vea series de televisión o lea novelas románticas...
El verdadero amor le parece fuera de su alcance:"Quizás no merezca el amor". Se conforma con cualquier cosa que le ofrezca la posibilidad de amar: "Tal vez en esta relación haya una oportunidad. Tal vez abuse de mi, creo que puede cambiar. Sólo quiero que me diga que me quiere..."

Es absolutamente cierto...  
El "cualquier cosa" le dice que la quiere entre gemidos mientras hacen el amor, el único momento del día o de la noche cuando los dos están de acuerdo en algo: lo pasan bien juntos... Y luego lo chafa todo con que ella, la pelirroja,  debe ser comprensiva y paciente, que otra persona también sufre...

Y luego "cualquier cosa" se va, vuelve con su compañera oficial, y mi pelirroja vecina vuelve a hundirse y estropear con tanta lágrima su preciosa carita de muñeca de porcelana envuelta en sus rojizos rizos.

Según David Deida, el hombre en su primera etapa del crecimiento personal se parece más a un "guerrero masculino que deshace los obstáculos a la libertad y a la verdad; lucha consigo mismo, yendo más allá de sus propios miedos y aprendiendo a dominar el terreno desconocido. Sus prioridades son el dinero, sexo, poder o fama. es un adquiridor, un coleccionista de experincias, retos y...mujeres... El solo busca adquirir, ganar y exandir, en defintiva, mucha pasta y un par de tetas grandes."

Ella, todo lo contrario, espera dar y recibir el amor. Este es su único objetivo. Y si no lo consigue, se siente culpable porque piensa que "tal vez no esté dando suficiente amor, tal vez espere demasiado. Quizás tenga que dar otra oportunidad."

Solo espero que muy pronto su dolor sea demasiado grande para que se de cuenta que no le compensa.  Para que no esté dispuesta  a hacer nada por su potencial amor. No quiera renunciar a su identidad, y a sus necesidades personales, que a pesar de desear una relación amorosa, a la vez sea capaz de defender su terreno, que aprenda a amarse a si misma.

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