Hace unas semanas vi la obra SE QUIEREN de autor francés Pierre Palmade con Enrique Sanfrancisco y Cristina Gallego como protagonistas, los únicos protagonistas.
La sala estaba llena. Era uno de los días posteriores a la entrevista con Enrique en la televisión donde con el humor que le caracteriza invitaba a los seguidores del programa asistir a ver su obra. Y fui...
No sé si la sensación de asco es la más apropiada o algo más delicado y neutral sería que salí desepcionada tremendamente.me preguntaba cuál era era el mensaje del director de la obra para nuestro público y cuál era el objetivo de hacernos cómplices de aquella historia.
...Una pareja, después de 7 años de largo noviazgo se casa. lL novia se inventa un embarazo para conseguir el deseado "Cásate conmigo" y, arrepentida en el altar, se echa atrás y le cuenta a su novio que no espera ningún bebé.
Que la mentira era nada más que un empujoncito para que él se decidiera.... Bueno, a veces, muchas veces, las mujeres no decimos la verdad, omitimos detalles y hasta interpetamos las cosas a nuestra manera.
Lo hacen también los hombres.
Y a veces seguramente una pequeña mentira vale para lograr algún que otro objetivo, por aquello de que "en la guerra y en el amor todo vale". Ok. Hasta ahí bien...
Pero la siguiente esecuencia es la charla telefónica entre los ya cónyuges, cada uno en un país distinto en compañía de otra persona, su respectivo/a amante, jurando el amor eterno a aquel que está al otro lado del teléfono. Una escena cómica, con guiño a ciertos gustos sexuales de la mujer que quizás no muestra con su marido, el portagonista.
Más adelante el espectador se entera de que la pareja tiene un hijo que el protagonista ve como su reflejo en el espejo cuando era pequeño, y resulta que el hijo de ambos es del mejor amigo del protagonista...
Una nueva escena llena de insultos, gritos, reporches y faltas de respeto provoca risas y hasta carcajadas de más de uno en la sala...se ve que se identifican, con la escena y los insultos le resultan familiares... y al final se reconcilian y ninguno de los dos se toma en serio lo que acaba de escuchar del otro...porque SE QUIEREN.
Vale que la vida es como es y es bueno reirse de vez en cuando, y si son cuernos de un protagonista inventado por un francés, no pasa nada, ¿quién no ha vivido esa misma situación?
Más de uno se ha casado de penalti y a algunos hasta les fue bien en su matrimonio.
Más de uno ha criado hijos que no eran suyos y hasta les llaman papá.
Más de uno ha tenido algún affair pero que yo sepa nadie lo anuncia a cuatro vientos, al menos son discretos.
Estamos reclamando para nuestras relaciones de pareja aquellos valores que consideramos olvidados y tanto añoramos: la lelatad antes que la fidelidad, el respeto mutuo, la tolerancia y la paciencia...
Y lo que vi fue una burla de muy mal gusto de lo que se entiende como relación de pareja, un matrimonio y una familia. Y no me hizo ninguna gracia.
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